Aprender es iniciar un viaje continuo, complejo, amplio. El éxito no está solamente en llegar al destino sino también se encuentra en el propio camino. ¿Es capaz la escuela de ofrecer el equipaje necesario y preciso para que el alumnado emprenda ese viaje? Hemos incidido obsesivamente en que nuestros alumnos estudien cuando, es posible, que lo que realmente quieran es disfrutar aprendiendo a su ritmo, con sus intereses, llevando ellos el control. No olvidemos que los protagonistas del viaje son ellos mismos donde el profesorado acompaña y ayuda a llevar en sus mochilas los enseres necesarios: la atención, la concentración, la creatividad, la memoria, el esfuerzo, el interés, la curiosidad, la iniciativa, la capacidad de resolver problemas...
La brújula para no perderse será el cerebro donde el hemisferio izquierdo (el lenguaje, el razonamiento, el pensamiento lógico...) y el derecho (la imaginación, la intuición, la visualización, la confianza, la concentración, el razonamiento espacial...) trabajen conjuntamente.
En este viaje al aprendizaje, todos deben poner de su parte bajo la premisa del disfrute, de compartir las experiencias, de la ayuda mutua. Saca billete y apúntate a este camino sorprendente.
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